La cooperante Alicia Gámez ha sido liberada después de tres meses de secuestro en Mali; esta noticia constituye, sin duda alguna, un motivo para la satisfacción y la alegría, sentimientos que se ven empañados, en cambio, por la situación de sus dos compañeros, Roque Pascual y Albert Vilalta, que aún permanecen cautivos en manos de Al Qaeda. Ojalá ambos puedan disfrutar de la misma suerte que Alicia Gámez en el plazo de tiempo más corto posible.
En mi etapa como Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco pude comprobar in situ el trabajo ingente que realizan todas las personas vinculadas a la cooperación al desarrollo. ONG,s grandes y pequeñas, con muchos recursos y con muy pocos, conocidas por el público y completamente desconocidas, están comprometidas por igual en la lucha contra la injustica y, más importante todavía, en la lucha contra las causas que la originan.
A todas las dificultades que se enfrentan día a día se une ahora la amenaza del secuestro y su condición de posibles rehenes para obtener recursos económicos. Creo que las sociedades llamadas occidentales no somos plenamente conscientes de la dedicación y la entrega de tantas y tantas personas anónimas que han decidido dedicar su propia vida, o una parte de la misma, a la mejora de otras muchas vidas en otros muchos países, en su mayoría olvidados y víctimas de la explotación de sus habitantes y sus recursos naturales.
La cooperación al desarrollo está volcada en la alimentación, la sanidad, la educación, el acceso al agua, el acompañamiento a las personas refugiadas,… pero sobre todo, y por encima de todo, está dedicada a defender y a reivindicar la dignidad y el empoderamiento de todas las personas y pueblos del mundo. No se trata sólo de brindar asistencia, que también porque es imprescindible, sino de poner a disposición de quienes lo necesitan las herramientas precisas para que puedan liderar un proyecto independiente de vida como seres humanos y como colectivo. Eskerrik Asko.
Javier Madrazo Lavín 
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