La vivienda, un derecho humano.

La vivienda, un derecho humano.
Javier Madrazo Lavín. Enero, 2011

El acceso a un lugar digno en el que poder vivir constituye un derecho humano fundamental, que las instituciones deben garantizar por ley, mediante la adopción de medidas que permitan establecer los instrumentos adecuados para que todas las personas dispongan de una vivienda. Con este objetivo, en diciembre de 2008 Ezker Batua-Berdeak remitió al Parlamento vasco el primer Proyecto de Ley de Vivienda de nuestra Comunidad que reconocía, entre otros avances, el derecho subjetivo a una vivienda en alquiler, exigible ante los Tribunales de Justicia.

Esta propuesta marcó un antes y un después en la consideración de la vivienda como una necesidad básica, vinculada al proceso de emancipación común a todas las personas. La propia Constitución española y el Estatuto de Autonomía emplazan a los poderes públicos a promover las normas que hagan efectivo el derecho al disfrute de una vivienda. Este mandato, tantas veces reivindicado como incumplido, encontró una respuesta válida en el Proyecto de Ley elaborado al respecto por el anterior Gobierno vasco, pero no lo hace en el texto impulsado por el Ejecutivo del lehendakari López.

Soy consciente de las dificultades que conlleva la redacción de un proyecto de progreso en una materia considerada por muchos estamentos como un bien económico, destinado al beneficio y a la especulación, y no como un bien social, orientado al bienestar y al ejercicio de la vida personal y familiar. En este sentido, valoro como un paso hacia adelante el hecho de que el Gobierno vasco haya asumido el derecho subjetivo a una vivienda en alquiler, pero el documentado actual no asume compromisos reales que posibiliten el cumplimiento de esta iniciativa.

Su ámbito de actuación se limita a los colectivos más desfavorecidos, aquellos que perciben unos ingresos máximos de 15.000 euros para una unidad de tres miembros, 12.000 cuando se trata de dos personas y 9.000 para casos individuales; es decir, el disfrute de este derecho se circunscribe a situaciones de gran precariedad, mientras queda excluida la práctica totalidad de la juventud y quienes perciben salarios de mil euros. Es obvio, por otra parte, que el desarrollo de esta medida obliga a promover un parque de vivienda en alquiler, que el Anteproyecto de Ley ni tan siquiera estima.

En este punto se centra el descontento de las fuerzas de izquierda, que son conscientes de la “trampa” que encierra el reclamo lanzado por el Ejecutivo López. El Anteproyecto de Ley, aunque por razones muy distintas, tampoco cuenta con el aval del PNV y el Partido Popular, que han anunciado ya su oposición frontal al mismo. Resulta evidente que el PSOE no ha hecho ningún trabajo previo de cocina antes de publicitar su propuesta, sabiendo que con este modo de actuar dificulta el consenso requerido para que el texto pueda ser aprobado en el Parlamento. 

La penalización de las viviendas vacías constituye un factor positivo para incentivar su alquiler, pero el canon de diez euros por metro cuadrado y año resulta poco disuasorio. Comparto, en cambio, más allá de las dudas jurídicas que existen, la expropiación de una vivienda protegida cuando sus titulares dupliquen durante tres años el máximo permitido para acceder a la misma. Sería poco elegante reivindicar sólo las bondades del Proyecto de Ley del anterior Gobierno vasco frente al actual, pero creo de verdad que el primero era mejor. Contemplaba, por ejemplo, la venta obligada a la Administración de la vivienda protegida si sus propietarios adquirían otra.

Esta medida ha desaparecido del Anteproyecto del PSOE, al igual que la opción de tanteo y retracto sobre suelo destinado a vivienda protegida. Tampoco se toma en consideración el derecho de superficie o propiedad pública del suelo, y se modifican artículos de la Ley del Suelo, entre ellos el que exige a los Ayuntamientos de menos de 3.000 habitantes dedicar a vivienda protegida el 15 por ciento del espacio construido. Claro que en las unidades de ejecución de un número limitado de vivienda libre quedan sin efecto las reservas de suelo para vivienda protegida y/o tasada.

Hace dos años perdimos una oportunidad para contar con una buena herramienta para liderar una política de vivienda más justa. La negativa del PSOE al acuerdo frustró aquella opción y hoy tenemos un texto que no satisface a nadie; es posible incluso que no vea la luz y si lo hace será con tantas restricciones que perderá valor y eficacia. En 2008 el PNV aceptó el reconocimiento progresivo del derecho subjetivo a la vivienda y hasta es posible que el canon se hubiera pactado en el trámite parlamentario. La política, por desgracia, prioriza el cálculo electoral sobre la rentabilidad social y con ello quien pierde es la ciudadanía. En cualquier caso, deseo al actual Gobierno vasco mejor suerte que la que el PSOE nos brindó en 2008.