Paris Hilton viene de visita a Bilbao y, como no podía ser de otro modo, lo hará para participar en una fiesta promocional organizada en un discoteca. ¡Qué raro! Jamás la hemos visto en la inauguración de una biblioteca, ni con un libro debajo el brazo. Sin embargo, mañana Pacha recibirá con honores de estrella a la rubia platino, que como únicos méritos tiene el ser una rica heredera, con una calculadora en la cabeza, cobra cifras millonarias por cada paso que da, y una ambición desmedida por ser una celebrity, dispuesta a todo con tal de ocupar portadas en la prensa rosa. Dicen que sólo estará 24 horas en la ciudad y me alegro de verdad de que su estancia en Bilbao, ya que parece inevitable, al menos sea corta. Sin duda alguna, exigirá tratamiento vip y se comportará como una diva caprichosa, pero lejos de generar indiferencia, cuando no rechazo, será perseguida por los medios de comunicación paso a paso y su presencia eclipsará la imagen de la plaza del Arriaga, con sus tiendas de campaña y jóvenes indignados, mucho menos glamourosa, más incómoda para las conciencias, pero nos guste o no mucho más real.
02
Jun
11
Javier Madrazo Lavín 
Esta señorita representa los estereotipos que desean vendernos los jerifantes que dominan el poder económico mundial a los currelillas. Para ellos, es bueno que los/as jóvenes (y no tan jóvenes) tengan como fin en su existencia ser personas ricas y famosas, con un aura de eso que algunos llaman glamour. Y lo peor es que, en muchas ocasiones, lo consiguen.
Ya sé que igual se me acusa de pesimista y de ver el vaso medio vacío pero, la realidad, es que hay miles de parados en Euskadi y, en la plaza de Arriaga hay los que hay. Si estuvieran en esos lugares concentrados la mitad de los parados vascos, no habría sitio para llenarla. Llegaría casi hasta la estación de tren de Abando.
Con esto, lo que quiero decir es que la idea de alienación a las que tan antiguas se les acusa de ser, siguen siendo algo que está en nuestro día a día. La mayor parte de la sociedad comulga con los estereotipos que venden este tipo de «famosillos» haciendo caso omiso a ideas como la solidaridad, que tan opuestas son al sistema de valores capitalista. Y la prueba es que, por mucho que nos pese, la discoteca a la que va a acudir hoy Paris Hilton se llenará y, la gente que allí esté, se peleará por sacarse una foto con ella. Además, señalar que los programas de televisión que aúpan a esta clase de figuras tienen unos niveles de audiencia brutales y que, el periódico más vendido a nivel estatal es el Marca (digo esto porque, en mi opinión, los valores que venden la farándula famosilla y la futbolera son iguales: Dinero, chicos/as estilizados/as y estupendos, coches lujosos, grandes mansiones, un poco más de dinero, etc.).
Aunque, ciertamente, los/as chicos/as que están en Arriaga, la pza. de la Virgen Blanca, Sol, etc. nos demuestran que todavía hay gente capaz de pensar por sí misma. Y, nosotros, deberemos seguir luchando, como desde hace años, porque caigan estos monstruos de papel que tanto condicionan nuestras vidas y las de otros.
Que mientras esta señorita se va de fiesta y hace lo que hace, cada cuatro segundos muere un niño/a de hambre en el mundo.
No podría decirlo mejor que tú! Suscribo todas tus palabras.El lo que el marxismo define como superestructura.Se trata de entretener a la gente con estos personajillos y de anular cualquier capacidad crítica.Saludos,javi
Pues a mí la señorita Hilton me cae bien. No lo puedo evitar. Le reconozco inteligencia o, si esto es demasiado, «visión comercial». Tú lo has dicho: tiene visión comercial, y aunque ella no sepa cuadrar un balance, seguro que sabe cómo dominar a las cuadrillas de empleados que mueven su imperio. Un imperio no nace de la nada, como tampoco una revolución nace del vacío.
Estoy seguro de que Paris, en la revolución de 1917, habría sido, por ejemplo, Elena Stasova. El talento existe siempre y se emplea en lo que pide cada momento.
Por cierto, según la crónica de El Correo (el Deia, el Berria y el Gara no han dicho gran cosa), la buena de Paris atendió a todo el mundo, bailó las canciones y sonrió durante toda la noche. Pocas horas después salió rumbo a Barcelona para presentar su propio equipo de Fórmula 1.
Lo dicho. Una crack.
Es una máquina de hacer dinero.Pero representa la superficialidad y mediocridad del capitalismo.Saludos,javi